Saliendo de la zona de Confort

Siempre me he considerado alguien que piensa muchísimo las cosas, tanto que al final la mayoría de ellas no termina nunca ejecutándolas.

Me gusta «jugar» en la zona segura para no tener problemas y después tener que estar buscando soluciones. Hay personas que lo hacen realmente bien en ese aspecto. No tienen miedo de generar algún problema y buscar rápidamente solución.

En mi caso, siempre intento evitar esos problemas y así estar tranquilo.

Pero esta vez, ha sido completamente diferente. He decidido salir de esa zona de confort para jugármela y… No puedo estar más contento.

Un poco de «historia»

Como sabéis, toda la astrofotografía que he hecho en los últimos años ha sido con mi veterana 7D Mark II. A ella le acoplé un Tamron 70-200 2.8 G2 que hizo un tándem casi perfecto.

Durante muchísimas noches, ambos han sido mi elección preferente para salir y puedo decir sin temor a equivocarme que lo han hecho realmente bien.

Ese Tamron tiene una nitidez muy buena y está realmente bien construido al igual que la 7D Mark II. Ambos se entienden a la perfección.

Pero los años no pasan en balde y comencé a percatarme de que había que empezar a soltar lastre.

Fotografiando el arcoíris con la 7D Mark II.

Mucho equipo pesa demasiado

Tener dos marcas de equipo distinto es demasiado. Está bien tener un equipo para astrofotografía y otro para el resto de disciplinas, pero a la larga no es nada práctico.

Recuerdo ocasiones en las que me decía que necesitaba una mochila más grande para poder llevar todo en ella.

Era un auténtico pifostio cada vez que decidía hacer astrofotografía y planeaba hacer fotografía «normal» a la mañana siguiente.

Todo eso se traducía en una mochila repleta de «por si acaso» con dos cámaras distintas, objetivos, filtros, baterías, cargadores, tarjetas de memoria… Cada vez me daba más pereza preparar el equipo.

Por eso mismo, la mayoría de las veces dejaba en casa una de ellas, para no tener que cargar en exceso y hacía lo que podía al día siguiente.

Así que en mi cabeza comenzó a revolotear la idea de simplificarlo todo. Ya sólo me quedaba convencerme a mí mismo.

Equipo de segunda mano

Para ser sincero, no soy de comprar de segunda mano. Tengo auténtico pánico a comprar algo estropeado y que nadie se quiera hacer cargo de ello.

Así que he estado meses convenciéndome de que todo estaba bien y que iba a salir bien si compraba de segunda mano. No tenía por qué salir mal.

Poco a poco me alejé de Ebay, Wallapop, Segundamano y compañía para buscar empresas que se dedicasen al tema de objetivos y cámaras de segunda mano de manera profesional y con garantías.

Después de mucho buscar encontré dos compañías que me parecían bastante serias Kamerastore y Mpb.

Kamerastore me parece más enfocada a objetivos y cámaras analógicas. Tiene algunos objetivos realmente buenos, pero son antiguos.

Por otro lado Mpb tiene equipo bastante más actual y parecían bastante serios. Comencé a tener un candidato para comprar el equipo de segunda mano.

Así que ya sólo me quedaba de convencerme del todo y dar el paso que llevaba meses pensando.

Y llegó la hora

Se acabó de seguir pensando. Había que pasar a la acción y así lo hice.

En vacaciones decidí salir de una vez de mi zona de confort y hacer el cambio que llevaba meses macerando. Ya era hora.

Me di de alta en Mpb y comencé el proceso de valorar mi vieja 7D Mark II con el Tamron 70-200 2.8 G2.

Muchas personas habrán pensado en este momento que es mejor vender el equipo por tu cuenta y así sacar más dinero por él… Pero si has leído el resto de la entrada, sabrás por qué no quise seguir este camino.

Como decía, me di de alta y solicité valoración del equipo. Solicité que quería cambiarlo por un objetivo que me interesaba y me enviaron las etiquetas para enviarlo a través de Correos.

Eso sí, todo en un perfecto inglés. Elegí la delegación de Europa que se encuentra en Alemania.

En apenas una semana, mi antiguo equipo estaba en la delegación de Mpb y al día siguiente habían modificado mi valoración.

Por un lado me la habían bajado la estimación de lo que me pagaban puesto que la batería que iba con la cámara estaba bastante gastada y la capacidad de recarga era bastante mala, pero por otro me aumentaron la estimación porque según su criterio la cámara estaba en mejor estado del que yo había marcado en la Web. Un SÚPER punto para ellos.

Y esto era otra cosa que comenzó a rondarme por la cabeza esa semana de transporte hasta Alemania… Que me bajaran lo que me querían pagar y tuviese que poner mucho más dinero. Pero la diferencia al final fueron sólo 10€ menos de lo que habían estimado. Perfecto.

Al aceptar la nueva valoración, pagué la diferencia por el nuevo objetivo que quería y en apenas una semana estaba en mi casa por DHL perfectamente embalado y con envío premium.

Lo que me llegó

Elegí un objetivo Nikon en estado excelente. Y así está, prácticamente nuevo.

No tiene un solo arañazo, en ningún sitio. Parece como si no se hubiese usado. Venía IMPOLUTO, limpio y muy bien empaquetado (mucho mejor que la caja de Dodot que usé para enviar mi viejo equipo).

Estaba dispuesto a pagar casi 300€ más por un objetivo que ponía como nuevo con todos los accesorios (caja, bolsa de transporte, tapas, parasol)… Y al final me decanté por este porque por esa diferencia lo que perdía era la caja y la bolsa de transporte. Podía asumir no tener esos accesorios.

No puedo estar contento. En todo el proceso tardé aproximadamente 20 días y sin quebraderos de cabeza. Eso era precisamente lo que buscaba.

Seguramente si te paras a mirar los precios Mpb no es precisamente barato, pero ha demostrado que son muy serios y fiables.


Y ahora un poco de mis pensamientos que para eso es un Blog personal.

Si te planteas vender tu antiguo equipo, tienes que verlo con perspectiva. No puedes pretender recuperar más del 50% de la inversión si lo has tenido años contigo funcionando. Es diferente si te has comprado una nueva cámara y a los meses quieres venderla, entonces la cosa cambia.

En mi caso llevaba con la 7D Mark II ocho años y en Noviembre de este año hacía nueve… Toda una auténtica veterana.

En el caso del Tamron, la cosa era diferente. Es un objetivo bastante más «nuevo» y la verdad es que suelo cuidar de manera excelente mis cosas y me lo valoraron realmente bien.

Conservar las cajas y los accesorios no es mala idea. Aunque la cámara tuviese casi 9 años conservaba su caja, manuales, CD’s de instalación y embalaje original… Por eso me subieron la valoración del equipo.

¿Echo de menos la cámara? Sí y no. Me explico.

Por un lado está el componente sentimental. He estado muchos años con ella y hemos hecho algunas fotos magníficas. He caminado media sierra con ella y he sido capaz de explotar esas 10 fotos por segundo de ráfaga.

Y no porque en todo ese tiempo, nuestro entendimiento no fue al 100%. No es que fuese mala cámara, si no que yo quería más y antes de comprar la Nikon sentía que no me dejaba avanzar.

Con la Nikon todo cambió.

Aún así, me quedo con los recuerdos de una cámara que me ha dado buenos (y no tan buenos) momentos. Que demostró en los últimos años que para astrofotografía era una auténtica pasada.

La llevaré siempre en mi recuerdo. Ahora toca seguir adelante y por lo que ya he podido comprobar mi elección ha sido lo mejorcito que he hecho en bastante tiempo.