Hace un par de semanas os puse algunas entradas con unos mensajes un poco diferentes a los que suelo poner en el Blog.
Todos esos mensajes misteriosos tienen una razón…
He comenzado una etapa de mi vida en la que me he dado cuenta de que no todos los cambios son malos.
Crear tu propia idea de ciertas cosas (objetos materiales) y no querer salir de tu zona de confort hace que no avances y te des cuenta de lo que te estás perdiendo.

Esta vez le ha tocado el cambio al ordenador de sobremesa.
Mi pobre Intel i5 ya ha dado todo lo que tenía dentro y últimamente con las nuevas imágenes no era capaz de seguir el ritmo.
Intentar hacer una panorámica o peor aún, hacer una panorámica HDR en Lightroom simplemente se había convertido en una misión imposible.
Era hora de cambiarlo y así he hecho. Ahora he cambiado a AMD y sus procesadores Ryzen. Como no soy millonario, he tenido que pedir las piezas poco a poco y ya casi lo tengo completo.
Tengo las suficientes para hacerlo funcionar y puedo decir que estoy completamente convencido de que me va a proporcionar bastante diversión.
Por otro lado la imagen que os pongo en la entrada de esta semana es una suerte.
Tuve la grandísima suerte de fotografiar una estrella fugaz en la Playa del Cristo de Estepona.
Tenía el obturador abierto cuando pudimos ver el resplandor en el cielo y quedó inmortalizado en la imagen.
La imagen que ilustra este Post y este Post los he escrito desde este PC antiguo y que sigue sacando pecho cuando lo necesito.
Pero no creáis que va a ser el final de su vida útil… Todavía tiene una misión que cumplir.