Han tenido que pasar muchos meses para darme cuenta de que tenía que volver a mis raíces.
Llevo demasiado tiempo esperando las noches perfectas o los amaneceres perfectos para poder poner imágenes en el Blog.
El fin de semana pasado, decidí hacer algo que hacía todos los fines de semana cuando compré mi primera cámara digital «seria», la EOS 400D… Fotografiar todo lo que me pareciese interesante. Sin pretensiones.
Así que cogí mi cámara y me fui unas cuantas horas a moverme por el campo a ver qué encontraba.
Lo tenía muy claro, si hacía alguna foto, bien y si no pues también.
El día anterior ya había estado fotografiando el atardecer:


Usé mi Tokina Opera 16-28 para hacer algunas fotografías. Quería despegar el 24-70 para «obligarme» a cambiar un poco mi rutina. Me vino bastante bien.

Esperaba más del atardecer por como se iba poniendo, pero se quedó como se ve, sólo algunas nubes altas y medias.
Así que cuando me percaté de que lo mejor ya estaba pasando, decidí tomar la imagen del detalle (creo que es avena) de la espiga. Quería salir un poco de lo convencional.
Ese Opera, es bueno pero no a plena apertura… Creo que ya hable suficiente de él en la entrada que le tengo dedicada.
Como comentaba unos párrafos atrás, al día siguiente decidí salir a dar una vuelta por el campo ahora que con las lluvias todo está más colorido.
Y ha sido una de las mejores cosas que he hecho desde hace bastantes meses:






Me hacía bastante falta este tipo de fotografía. Desconectar de todo lo que me he impuesto de manera «obligatoria» para sentirme bien, no estaba haciendo me que sintiese precisamente bien.
Me he pasado meses esperando a esa oportunidad de hacer astrofotografía que se me había olvidado lo divertido que es hacer fotografía de naturaleza.
Le dediqué mi tiempo, fui capaz de cambiar objetivos varias veces sin miedo a que el sensor se llenara de polvo (no había viento) y simplemente me dejé llevar por lo colorido del paisaje.

Gracias a esa «desconexión» del miedo, pude hacer alguna que otra foto como la superior a este párrafo. Quitar el 16-28 y poner el 70-200 para destacar la amapola fue todo un acierto. Me gusta mucho la composición en esta imagen y desde que la vi sabía que tenía que tomarla.
Así que a medida que avanzaba el día decidí que podía intentar algo de macrofotografía con el Opera 16-28, sí con el Opera:



Es la ventaja de tener cámaras con muchos Mpx. Puedes hacer recortes extremos como los anteriores siempre que la lente tenga una resolución aceptable.
Que tengáis un buen fin de semana.